Una vez me dijeron que si encontraba mi centro, nadie podía hacerme daño ni afectarme lo más mínimo. En ese momento lo vi como una utopía, ese tipo de cosas que se dicen que suenan muy bien y parece más fácil decirlas que hacerlas. Y aún pienso que si existe alguien que siempre esté centrado y sereno debe ser algún maestro; pero si es cierto que se puede encontrar ese punto de seguridad y serenidad en uno mismo y que si en ciertos momentos parece que vas a volver a salirte de él, volver a retomarlo.
También escuché que todo en esta vida se puede aprender. Te tomará más o menos tiempo. Te equivocarás. Te saldrá mejor o peor. Pero quien sea perfecto y todo lo haga bien que tire la primera piedra.
Es por esto, que deseo de corazón, que cada cual se tomo su tiempo para mirarse desde adentro. Que se comprenda, que se llore y luego que se perdone. Uno debe amarse a uno mismo para encontrar la paz y la tranquilidad y así encontrar su centro. Como perdonas o excusas los errores y el daño que te hacen, asi debes perdonar tus limitaciones, pues como he dicho antes nadie es perfecto. Hay que hacer como en los estudios de mercado de las empresas ( el análisis DAFO), buscar tus debilidades y fortalezas, identificar las amenazas reales y usar las oportunidades de mejora. Y una vez te encuentres a ti mismo y estés en tu sitio, no te preocupes si algo o alguien parece desestabilizar este centro: en ese momento respira profundamente, preguntate por qué te afecta, recuerda que no te debes dar tanta importancia ni tomarte las cosas personalmente y date tiempo. Cada vez te costará menos volver a tu serenidad. Y esta serenidad es la que ahora te deseo.
miércoles, 9 de marzo de 2011
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