viernes, 27 de marzo de 2009

¿ERES UNA ZANAHORIA, UN HUEVO O UN GRANO DE CAFE?

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le
resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y
creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía
que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó al lugar de trabajo. Allí
llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego fuerte. Pronto el
agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias,
en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café.
Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó pacientemente,
preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el
padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó sobre un
recipiente. Sacó los huevos y los colocó en un plato. Coló el café
y lo puso en una taza.

Mirando a su hija le dijo: ¿"Querida qué ves"?

"Zanahoria, huevos y café" fue la respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo
y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara el huevo y lo
rompiera. Al sacarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.
Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba
de su rico aroma.

Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, Padre?"

El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma
adversidad: agua hirviendo, pero que habían reaccionado de manera
diferente: La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de
pasar por el agua hirviéndose había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su
interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo su
interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran
únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

¿Cuál eres tú?, le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llega a
tu puerta, ¿Cómo respondes? ¿Cómo eres tú? ¿Eres una zanahoria que
parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te
vuelves débil, y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza
con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después
de una muerte, una separación, un divorcio, o un despido te has
vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿Eres amargado y
áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres un grano de
café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa
dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza
su mejor sabor.

De corazón, te deseo que intentes ser como el grano de café
cuando las cosas no vayan bien y puedas lograr que tu alrededor
mejore. Recuerda todo lo que te sucede en la vida es por alguna
razón, sólo necesitas descubrir su motivo y aprender de ello.

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