"Nuestro miedo más profundo no es no estar a la altura. Nuestro miedo más profundo es que somos muy poderosos. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.
El disminuirse no le sirve al mundo. No hay sabiduria en encogerse para que otros no se sientan inseguros cerca de uno.
Todos nacimos para brillar, como todos los niños. No está en algunos de nosostros, está en todo el mundo. Y al dejar que nuestra propia luz brille, inconscientemente permitimos que otros hagan lo mismo. al ser liberados de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros..."
sábado, 12 de diciembre de 2009
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