DICEN

Llegar al fondo de nuestras miserias no es tan malo, si se piensa que ya todo lo que queda es la remontada de la que se sale más fortalecido. Hace tiempo, cuando me hallaba en ese fondo escribí una poesía. Es mi forma de quitarme dolor de encima, de gritar, de aullar, de llorar y maldecir... Ahora que ha pasado tiempo puedo al fin compartirla con vosotros. Espero que perdoneis que no sea buena, pero es justo lo que sentía en aquel momento.

DICEN

Estoy inmersa en una pesadilla
de la que no puedo despertar.
Vapuleada como un árbol
en medio de un huracán.
A merced de una jauría
que me pretende despedazar.

Como sobrevivir
en la negrura
de esta soleadad.

Soy como ese enfermo terminal
que se rindió hace tiempo ya,
pero el amor de los suyos
no le deja marchar.
Pusieron tanto ahinco en despertarle
que acabó vegetal.

Sí, he vuelto a sonreir
no sé si como antes
con esa sonrisa que me enseñó mi madre
como el rímel o el buen color
que sin ellos, una mujer nunca sale.
Pero no puedo evitar
en mi mirar transparente
esos reflejos tristes
por un mundo que parece
agonizar lentamente.

De nada tengo que quejarme
dicen que cada cual tiene lo que debe,
la vida ha sido bella.
Ahora mi mente duerme,
mi alegría se embotella.

En la calle llueve
hasta que sople las velas
el cansado ánimo de mi alma
que está reforzando las tuercas
de este corazón herido
más allá de lo que debiera.

¡Sólo han sido palabras!
Y éstas se las lleva el viento.
Por eso llueve tan seguido,
para limpiarme por dentro.

No entiendo esta desazón
este dolor tan intenso,
si no es la primera vez
que descubro tu reverso.

Esta torpe inocencia
me lleva a la amargura
de comprobar cada día
otras tantas mentiras.

Si jugamos a mentir
tu ganas.
Pero si jugamos a ganar
te aviso que aun tengo ganas
y las fuerzas, aunque pocas,
te aseguro no fallan.

Si tres veces he de caer
tres veces me he de levantar
que dicen que el tiempo
pone a cada uno en su lugar.

Y entonces volveré
a sonreir como antes
pues dicen también
que el que rie el último
rie mejor
y no nació todavia nadie
que ría tanto como yo.