Dicen los psicólogos que la señal más clara de mejoría, de la total recuperación es la vuelta del humor y cuando perdonas a tus acosadores.
Aún se me hace grande en la boca la palabra perdón, pero recuerdo todo como algo lejano y río aunque no tanto como antes.
Sin embargo pienso que soy feliz y que en cierta forma se lo debo a usted ya que, aunque antes ya lo era, esta felicidad es más sincera.
Gracias a usted he descubierto muchas cosas sobre mi misma, sobre limitaciones que tenía escondidas y que ahora ya no lo son tanto.
Gracias a usted ya no pienso que soy capaz de todo pero no me da miedo intentarlo. Soy más fuerte aunque me cueste reconocerlo y he crecido tanto como persona que tuve que engordar para caber dentro.
He aprendido que no se puede agradar a todo el mundo y que intentándolo me quito valor a mi misma y a mis actos. Que el que los demás se enfaden o se decepcionen es problema suyo.
He aceptado que soy una mujer valiosa y no necesito el papel de niña buena para que me quieran, me basta con ser como soy y quererme más a mi misma.
He descansado al final porque sé que aunque hay cosas que pueden salir mal yo habré puesto todo mi ser en ellas y me sentiré segura y satisfecha. Ahora me felicito por las cosas que hago bien y no me castigo por las que no puedo conseguir. Soy tan condescendiente conmigo misma como lo fui con usted.
He descubierto que me merezco lo mejor y que aquello que logro no es por suerte sino por el trabajo bien realizado.
Ya no me dan pena ni miedo los envidiosos aunque me aparte de su camino para que aprendan como yo que la vida te trae lo que necesitas en cada momento. Es su problema aprenderlo y no el mío enseñárselo.
Brindo por la nueva yo a la que habrá que acostumbrarse, más segura, más mujer.
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